Soluciones para el alivio del vértigo

Algunos de los problemas y enfermedades relacionadas con el vértigo las definimos y explicamos con ejemplos que a través de la experiencia nos han ido contando nuestros pacientes.

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1. Vértigo Posicional Paroxítico Benigno

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“Al levantarme de la cama me empezó a dar vueltas todo”

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Esta es la situación más típica con la que suele debutar un vértigo posicional paroxístico benigno. Como indica su nombre, se trata de una patología benigna, pero que sino se diagnostica y se trata pronto, puede resultar muy incapacitante.

El vértigo posicional paroxístico benigno, es una enfermedad que afecta al órgano del equilibrio que está en el oído. Se produce porque se sueltan unas partículas llamadas otolitos, que con determinados movimiento de la cabeza, generan una falsa sensación de movimiento que el paciente sufre como cuadros de giro de objetos muy intensos, pero muy cortos, de segundos de duración. Estas crisis se repiten cada vez que se realizan esos movimientos, y además, dejan una sensación constante de pérdida de equilibrio e inseguridad.

El diagnóstico de un vértigo posicional paroxístico benigno es importante que se realice lo más temprano posible y se llega a él mediante unas pruebas que realizamos en la consulta. Una vez llegado al diagnóstico, es importante aplicar un tratamiento específico para el vértigo posicional paroxístico benigno consistente en una maniobra de re-posicionamiento (maniobra de Epley) y posteriormente valorar si el vértigo ha dejado como secuela una pérdida de equilibrio que sea necesario rehabilitar.

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  2. Enfermedad de Ménière

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La enfermedad de Meniere es una patología que afecta mucho a la calidad de vida de los enfermos que la sufren. Es necesario diagnosticarla y tratarla en una clínica especializada en el tratamiento para rehabilitación del vértigo lo más tempranamente posible. Se trata de un síndrome crónico en el que se tienen 3 síntomas:

• Episodios de vértigo.

• Ruido en los oídos.

• Perdida de audición.

Una de las características fundamentales es que cursa por crisis. Durante las crisis, los enfermos de meniere sufren cuadros de giro de objetos muy intensos, de horas de duración con nauseas y vómitos. Estos cuadros están acompañados de ruidos en uno de los dos oídos y de una sensación de taponamiento, presión y sordera en el mismo oído de los ruidos. Después de las crisis (que son totalmente incapacitantes y pueden durar hasta un día) desaparecen los giros de objetos, la sordera y el ruido en el oído, pero persiste cierta inestabilidad, queda cierta pérdida de audición y puede quedar algo de ruido. Estás secuelas de las crisis van siendo mayores después de cada una de ellas, pudiendo llegando a perder completamente ese oído tras años de evolución de la enfermedad.

Es muy importante realizar un buen diagnóstico y aplicar un tratamiento específico para la enfermedad de meniere lo más temprano posible, ya que si bien a día de hoy no se ha logrado curar esta enfermedad, si podemos conseguir mejorar mucho la calidad de vida del paciente.

La terapia para enfermos de meniere tiene un enfoque en 3 frentes:

• Tratamiento médico profiláctico: Lo que buscamos con esto es lograr, mediante la ayuda de medicación, que las crisis de meniere sean las menos posibles, y que cuando aparezcan, sean lo más suaves posibles.

• Tratamiento rehabilitador: Lo que se intenta es recuperar la perdida de equilibrio que queda después de sufrir las crisis y que es uno de los problemas que más incapacita a las personas que sufren esta enfermedad. Con este tratamiento se logra que el paciente entre crisis pueda hacer una vida absolutamente normal y desaparezca la inestabilidad y la inseguridad.

• Tratamiento médico durante las crisis: A pesar de los otros dos tratamientos, las crisis van a ir apareciendo y con ayuda de medicación, logramos que desaparezcan lo antes posible.

En estadios más avanzados, a veces es necesario algún otro tipo de tratamiento más agresivo para ciertos pacientes que sufren la enfermedad de meniere.

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  3. Neuronitis vestibular

 

La neuronitis vestibular es una de las causas más frecuentes del vértigo.

Son crisis muy características en las que el enfermo de vértigo lo pasa muy mal. Comienzan de forma brusca apareciendo una sensación de que todo da vueltas muy intensa, nauseas y vomitos, y se mantiene durante horas.

Una vez pasada la crisis, persiste una sensación continua de inestabilidad e inseguridad que impide al enfermo llevar una vida normal.

El motivo por el que aparecen estos síntomas del vértigo es que aparece una inflamación en el órgano del equilibrio de uno de los oídos que ambos oídos se descompensen y el cerebro tenga la información falsa de que el cuerpo está girando.

La crisis aguda del vértigo hay que tratarla con medicación fuerte para poder ayudar al paciente a que la supere lo antes posible. Sin embargo, es muy importante llevar un seguimiento una vez superada la crisis y hacer un diagnóstico preciso para lograr que el paciente recupere, lo ante posible, su equilibrio y su seguridad.

Una vez descartado que el mareo haya sido provocado por otro tipo de causas del vértigo y habiendo llegado al diagnóstico de neuronitis vestibular, es importante hacer un estudio de equilibrio y una videonistagmografía para saber que oído es el que se ha afectado y que secuelas ha dejado la crisis. Con esta información podremos aplicar un tratamiento del vértigo dirigido a lograr la recuperación total, basado sobre todo en ejercicios que nos permitan lograr una rehabilitación vestibular, y en ocasiones, ayudados por medicación.

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En ocasiones, los cuadros de mareo son insidiosos, de características variadas y es muy complicado llegar a un diagnóstico del vértigo.

Uno de estos casos es el vértigo migrañoso. La migraña es una patología neurológica consistente en crisis de dolor de cabeza acompañadas de algún síntoma neurológico que se conoce como aura y que habitualmente suele ser visual. Sin embargo, en alguna ocasiones este aura consiste en cuadros de vértigo que pueden hacer que se equivoque el diagnóstico.

Estos cuadros de vértigo suelen imitar a otros originados por problemas en el oído, como por ejemplo, el vértigo posicional paroxístico benigno o la enfermedad de Meniere, aunque tienen alguna diferencias que nos permiten llegar al diagnóstico adecuado.

Algún signo que nos orienta hacia un posible vértigo migrañoso es un historial de dolores de cabeza frecuentes o la presencia de una importante molestia de la luz (fotofobia) durante las crisis.